La curiosidad humana dentro de la inmensidad del universo

Richard Feynman es quizá mi científico contemporáneo favorito (aún no termino de averiguarlo, existe y existió tanta gente increíble). La curiosidad es una cualidad bastante bonita del ser humano, pero como todo, o se enfoca para cosas grandiosas o lo contrario a ellas. Cuando era más pequeña, me maravillaba con casi todo, y me cuestionaba mucho… En mi adolescencia me abrumaba un poco la idea de que la vida humana era demasiado corta o limitada, y que aún con el tiempo con el que contara en plano terrenal jamás alcanzaría a saciar todas las interrogantes que me surgían (que iban en aumento)… Y de cierta manera esta idea me ponía un tanto triste y ansiosa. Un día viendo documentales y entrevistas sobre astronomía (gusto adquirido por mi padre) entre otras cuestiones científicas, descubrí fragmentos de entrevistas que le hacían a Freynman y a otros científicos relevantes… Pero el señor Richard soltó un comentario que me quedó tan grabado en la mente y me hizo cambiar la perspectiva triste que tenía sobre la idea del que «jamás conocería respuestas absolutas». Busque la entrevista y la vi muy atenta, después de eso, no volví angustiarme con la idea de no llegar a saber todo lo que quería aprender, y me hizo sentir mucha paz, y felicidad de tener la capacidad de dudar… Eso marcó un antes y después en mi yo adolescente…

La inmensidad del universo hace que la vida humana parezca un fugaz instante

He aquí un pequeño fragmento de la entrevista realizada al científico por la BBC «Puedo vivir con dudas e incertidumbre y sin saber, creo que es mucho más interesante vivir sin saber, que teniendo respuestas que podrían estar equivocadas. Yo tengo respuestas aproximadas, posibles creencias y diferentes grados de certeza sobre diversas cosas, pero no estoy absolutamente seguro de nada, y sobre muchas cosas no sé absolutamente nada. Pero no tengo que tener una respuesta, no me da miedo no saber cosas. Estar perdido en el misterioso universo sin tener un propósito (que es como en realidad es, hasta donde yo sé, posiblemente), no me da miedo…»

«La incertidumbre del conocimiento», Richard Feynman

En fin, a éstas alturas, a veces suelo buscar entretener mi mente con tonterías, para tener el cerebro pasivo… Hoy sentada en una esquina de la cama, me he puesto a pensar en el porqué en lugar de activar la creatividad y alimentar la curiosidad, la solemos dejar inactiva; como mencioné al inicio, la curiosidad es una cualidad humana bonita, pero o la aprovechas o la desaprovechas, así de sencillo. Al parecer conforme vamos creciendo, la dejamos arrinconada y poco la sacamos a pasear con nosotros o en nuestro día a día. Es triste vislumbrar como la monotonía del mundo actual va apagando esta virtud en cada uno, como nos volvemos grises… Como es más difícil que algo nos asombre… ¡Cuando el simple hecho de pensar que nosotros somos materia perteneciente al universo, y el universo es parte de nosotros… es alucinante!. Quizá nos falta prestar más atención a los detalles y toda la inmensidad que hay en ellos, quizá así, la vida nos parezca un estallido de colores… Quizá así despertemos de las sombras en las que a veces nos solemos envolver… Y recordemos que el hecho de latir nos debe impulsar a darle un sentido propio y especial a nuestra existencia…

«Yo, un universo de átomos. Un átomo en el universo» (Richard Feynman).

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